Faltando aún mas de un mes en Brasil y en muchos otros países comienzan los preparativos para navidad. Navidad!, esa fiesta en la cual los gobernantes maquillan sus ciudades con grandes y rebuscados atavíos. Río de Janeiro se enorgullece de tener para esta efeméride “el árbol navideño flotante mas alto del mundo”, Curitiba, Porto Alegre, Maringá (y sin duda mi humilde Tirúa) y toda ciudad o aldea que se precie comienzan a vestirse de Natal. Todo comerciante adornará su tienda y millares de casas en todo el mundo se ataviarán de luces de colores, renos voladores, “papá noel”, estrellas y botas escarlatas de borde blanco se clavarán en las puertas anunciando que allí vive una familia “.......”
No hallé el adjetivo exacto. Serán cristianos?
Si voy a los inicios: La Biblia, encuentro que ninguno de los escritores neo-testamentarios hizo recomendación alguna a los creyentes en el Mesías prometido nacido en un humilde establo en Belén, para que celebraran el natalicio de Jesús, el Cristo.(1) Ellos se centran en su obra redentora que culminó en su muerte vicaria en la cruz, redimiendo allí, las culpas de todo aquél que le acepta como su Señor y Salvador. Lucas entrega algunos antecedentes interesantes. El registró que los pastores judios que, debido a que en esa época del año, salían al campo a pastorear sus rebaños y dormían a la interperie; fueron avisados por un ángel de Dios quién les entregó “las buenas nuevas de gran gozo”, porque había nacido en Belén un Salvador: Cristo el Señor. Seguido de ello, aparecieron junto al ángel una “multitud de los ejércitos celestiales alabando a Dios y diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace”.(2)
Tenemos aquí la primera celebración del nacimiento especial de Jesucristo. Un coro formado por una multitud de seres celestiales alegrándose por algo extraordinario y por ello alababan (cantaban dando honor y gloria) a Dios porque Él estaba haciendo realidad un plan especial para redimir (comprar, pagar el precio) a su criatura singular hecha conforme a su imagen y semejanza, que estaba separada de Él por causa de su conducta réproba o desobediente a sus enseñanzas.
Aproximadamente dos años después, el niño Jesús recibe la visita de “unos magos” es decir hombres sabios venidos desde el oriente. Nótese que Mateo no indica cuantos de modo que eso de que son tres y que se llamaban Melchor Gaspar y Baltasar es tradición de dudosa y desconocida procedencia imposible de verificar. (ver Mateo 2: versos 1; 7 y 16).
Después de este evento no tenemos registro alguno de mas celebraciones del natalicio de Jesús aún cuando los escritos neotestamentarios abarcan un largo periodo de años ya que ellos cubren casi todo el primer siglo.
No hay nada malo en recordar el nacimiento de Jesús, el problema es que esta fiesta no tiene su orígen en el cristianismo y como fiesta incorporada al cristianismo romano (catolicismo) no es mas que otra de las múltiples fiestas paganas incorporadas en la practica religiosa sincretista que dicha iglesia ha oficializado como propias a lo largo de su historia (un ejemplo típico en Chile es la fiesta de La Tirana, en el norte la cual era propia de los pueblos altiplánicos e incorporada posteriormente al catolicismo para traer a su seno a esos fieles). El lector puede informarse más sobre los orígenes de esta fiesta en el siguiente enlace: http://soloporgracia.galeon.com/aficiones1368185.html
Muchos credos protestantes también han caído en la trampa de hacer propia esta fiesta y con ello han sido arrastrados a prácticas que poco o nada tienen que ver con el verdadero sentido de recordar el nacimiento de Jesús, el Dios Hijo hecho hombre para que el hombre pudiese tener la vida abundante que solo encuentra en su Creador, en un relacionamiento basado en la fe en quien dió su vida para libertarlo de la esclavitud del pecado. A que prácticas me refiero. Realmente son variadas y sutilmente peligrosas. por ejemplo:
1.- Papá Noel o Santa Claus: Antes de hablar sobre este personaje, conviene tener presente algunas enseñanzas de Jesús. Por ejemplo, en Mateo 23:9 Jesús enseña “Y no llameis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”. Aquí Jesús no está refiriendose a la relación consanguínea entre un padre y su hijo, sino a la costumbre de dar el título de “padre” a otras personas para demostrar sumisión o gran reconocimiento. El término “Papa” quiere decir padre. Según Wilkipedia: en el latín clásico significaba ‘tutor’ o ‘padre’; dicho término proviene a su vez del griego πάππας (páppas), que significa ‘padre’ o ‘papá’, De allí que cuando un romanista llama de “Papa” al obispo de Roma, lo está llamando de Padre o peor aún muchos usan la formula “Santo Padre” para referise a esta misma persona. Lo mismo ocurre con el trato que dan a los curas al llamarlos de “padre o padrecito”. Esto me recuerda lo dicho por el apóstol Juan en Apocalipsis 18: 4 “Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibais de sus plagas”. Aquí se está refiriendo a Babilonia La Grande. Los teólogos y todo cristiano con algo de sentido común y si se deja guiar por el Espíritu Santo puede descubrir quien es esta Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra. Quizás baste solo con leer el verso 9 del capítulo 17 de Apocalipsis que dice: “Aquí está la mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer” (Babilonia, o la gran ramera) y sabemos que la antigua Babilonia no estaba asentada sobre siete colinas, sino que Juan se estaba refiriendo a Roma, pero debido a la persecución de que eran objeto los cristianos en su tiempo, la describe encubiertamente para que los Romanos, funcionarios del emperador, no entendieran. (Recomiendo a quien lee que amplié estos conceptos leyendo la Historia de la Iglesia y del Papado contenida en el “Manual Halley de la Biblia”.
Ahora bien, aclarado ese punto, resulta prácticamente imposible entender a este viejo bonachón vestido de rojo con capuz o caperuza también roja con ribete y bola blanca y cabalgando en un trineo por los aires jalado por un grupo de renos al que los niños llaman cariñosamente “Papá Noel”, es el que ha venido a constituirse en el personaje central de la natividad. Ello pese a que no tiene relación alguna con el nacimiento de Jesucristo, es más se trata de una leyenda estadounidense del siglo XX tomada de un cierto monje llamado San Nicolás que según dicen, repartía por las noches regalos a los niños. “ Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”.
Dios es verdadero en Él no puede haber mentira “ni sombra de variación”. Jesús dijo de si mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Como se entiende entonces que cristianos enseñen a sus hijos a creer en mentiras?. Porque muchos enseñan a sus hijos a “creer” en Papá Noel, que es quien le hace llegar sus presentes de navidad mientras duermen en noche buena. Increíble, algunos que se dicen “cristianos” enseñan mentiras a sus propios hijos. Que dijo Jesús sobre la mentira y sobre los mentirosos: Lea Juan 8:44. Fuerte verdad?. Quizá alguno querrá justificarse diciendo “para que nos vamos a poner tan graves, si se trata de una mentira inocente”. NO, no existen las mentiras inocentes.
2.- Árbol de Navidad: Otra costumbre totalmente fuera del cristianismo.
También hay otras leyendas que atribuyen su origen a otras costumbres paganas, todas totalmente ajenas a las enseñanzas bíblicas y que constituyen otras de las múltiples costumbres introducidas en las iglesias cristianas y que tal como en el caso de Santa Claus o Papá Noel, desvirtúan el verdadero sentido de celebrar o recordar el nacimiento de Jesús.
De este modo, en vez de que los cristianos se centren en recordar aquél nacimiento maravilloso de Jesús en Belén, la ciudad de David, y de la obra que vino a concretar "el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Filipenses 2: 6-8; en la práctica han reemplazado a Jesús "EL Señor de la Fiesta", por personajes y objetos ajenos. Así entonces tenemos al dueño de la fiesta fuera de las casas, fuera de las mentes de quienes participan de esta fiesta, y donde el que debiera recibir los regalos es reducido a una figurilla de loza en los pesebres bajo el señorío del árbol navideño y de papá Noel bajando por las chimeneas.
Triste final para aquellos que se dicen cristianos. El verdadero cristiano debiera reflexionar y actuar con sabiduría y cordura. No sea que haya sin darse cuenta cambiado a su Padre Celestial y por tanto se haga partícipe de las obras del padre de la mentira y sea apuntado por las expresiones de Jesús cuando dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo.." Juan 8:44.-
"Salid de ella pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas”. Atendamos a esta advertencia. Recomiendo no celebrar la navidad porque esta fiesta se ha paganizado y constituye verdadera abominación para Dios ya que lo que prima es el consumismo bajo el manto de religiosidad totalmente ajena al cristianismo, sus enseñanzas y valores.
De este modo, en vez de que los cristianos se centren en recordar aquél nacimiento maravilloso de Jesús en Belén, la ciudad de David, y de la obra que vino a concretar "el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Filipenses 2: 6-8; en la práctica han reemplazado a Jesús "EL Señor de la Fiesta", por personajes y objetos ajenos. Así entonces tenemos al dueño de la fiesta fuera de las casas, fuera de las mentes de quienes participan de esta fiesta, y donde el que debiera recibir los regalos es reducido a una figurilla de loza en los pesebres bajo el señorío del árbol navideño y de papá Noel bajando por las chimeneas.
Triste final para aquellos que se dicen cristianos. El verdadero cristiano debiera reflexionar y actuar con sabiduría y cordura. No sea que haya sin darse cuenta cambiado a su Padre Celestial y por tanto se haga partícipe de las obras del padre de la mentira y sea apuntado por las expresiones de Jesús cuando dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo.." Juan 8:44.-
"Salid de ella pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas”. Atendamos a esta advertencia. Recomiendo no celebrar la navidad porque esta fiesta se ha paganizado y constituye verdadera abominación para Dios ya que lo que prima es el consumismo bajo el manto de religiosidad totalmente ajena al cristianismo, sus enseñanzas y valores.
(1) Jesús, es la forma griega para Jehoshúa, es decir Josué que significa El Señor es salvación, o bien El Señor salva. Cristo: es también la forma griega para “Mesías” que significa “El Ungido” término que a la vez indica a la persona sobre la cual se derramaba aceite señalando con ello que era elegido por Dios para una misión especial (Profeta, Sacerdote, Rey).
(2) Luc 2: 13-14 versión Biblia de las Américas.
Todas las citas bíblicas indicadas en el presente comentario están tomadas de “La Biblia de Las Américas” (LBLA) Foundation Publications Inc. Anaheim, California.