Nota: en este pequeño análisis, no se aborda la frase Día del Señor en su referencia al fin de la era, como se refiere la mayoria de las veces en que aparece en la Biblia, sino bajo la declaración de Jesús cuando dijo que Él es Señor del sábado. Ya que cuando dicha frase que aparece en Ap. Cap. 1, es tomada como argumento para sostener que Juan estaba guardando ahí el día domingo.
INTRODUCCIÓN
En Imperial, mi abuela me enviaba puntualmente todos los domingos a la escuela dominical de la Iglesia Bautista ubicada a media cuadra de la plaza de armas en la calle J. Manuel Balmaceda y a unas cuatro cuadras de casa. Allí crecí y aprendí a amar a Cristo y el estudio de la Biblia. No he sido un buen cristiano y mi testimonio está mas para avergonzarme que para ser expuesto como ejemplo. Pese a ello, Él sigue fiel a sus promesas y su gracia me alcanzó para rescatarme de la muerte a la vida abundante que solo en Cristo es posible hallar. Esas enseñanzas recibidas han norteado mi vida y particularmente en tiempos difíciles y de aflicción por causa de mis transgresiones. Como aquel versículo “maldito el varón que confía en el hombre…” y su contraparte, “Bendito el varón que confía en Yehová y cuya confianza es Yehová .” (Jer. 17:5-7); o aquel otro versículo de Filipenses 2:3 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”. Por ello siempre, doquiera que voy, procuro hallar una iglesia Bautista para congregarme y participar de la comunión y del contínuo y profundo aprendizaje de la palabra de Dios (La Biblia), característica de las escuelas bíblicas dominicales que esta iglesia mantiene. Sin embargo, siempre me han inquietado algunas expresiones de nuestro Señor Jesucristo recogidas por Juan, su discípulo amado. Particularmente en los capítulos 14 y 15 donde habla de “sus mandamientos”. como también de algunas enseñanzas difundidas por pastores de esta iglesia que de un tiempo a esta parte he podido profundizar y constatar que contienen errores evidentes (Ejemplos: la doctrina de que la profecía de Daniel sobre las setenta semanas no se habría cumplido íntegramente sino que la última semana (de años) habría sido pospuesta para el fin de los tiempos atribuyendo a un malvado anticristo la obra maravillosa que El Verbo de Dios concretó con su muerte en la cruz. También la doctrina de que el rapto ocurrirá antes de la Gran Tribulación en una supuesta venida “oculta” del Señor Jesús, lo que me ha llevado a mas de alguna amarga discusión con líderes que, encasillados en sus “muchos conocimientos”, se niegan a analizar y a buscar con humildad las verdades que Dios puso ante nuestros ojos y que fueron escondidas a los sabios pero reveladas por Dios Padre a los niños. (Lucas 10:21)
Historia
Este tema nos lleva directamente al principio. Al Génesis. Allí encontramos la historia de la creación y de cómo Dios obró en seis días(*) para traer a existencia el universo y sus criaturas. Habiendo acabado su obra y contemplando que lo que había hecho “era bueno en gran manera”, en los primeros tres versículos del capítulo 2 del Génesis destaca:
1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
En el capítulo 20 de Éxodo se hallan los conocidos diez mandamientos, allí, en cuanto al día de reposo se lee:
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo para Yehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Yehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Esto se repite con bastante frecuencia en el antiguo testamento con algunos énfasis adicionales según el contexto histórico. Hasta aquí, tenemos que seis días de trabajo preceden al día de reposo. Ahora bien, pudiéramos pensar que no importa el día de inicio de la secuencia, sino que lo importante sería descansar o reposar para Dios en el séptimo. Sin embargo, las rigurosas y simples instrucciones de Dios a Moisés en cuanto al calendario lunar que debieron observar muestra que había una especial preocupación en mantener la secuencia en forma ordenada y continua para poder determinar tanto los meses y años y en particular los días solemnes de las fiestas o santas convocaciones. Estas estaban fijadas en determinados días del mes por lo que algunas veces coincidían o caían en días de séptimo día, cuando ello acontecía dichos días de reposo eran llamados “de gran solemnidad” como se lee en Juan cap. 19:31 “...aquel día de reposo era de gran solemnidad”. También hoy son conocidos como “grandes sábados”
Tenemos entonces días de reposo de séptimo día o sábado cómo le llamaríamos hoy, y días de reposo de fiestas solemnes o de santa convocación los que podían caer en cualquier día de semana, incluido el sábado. Para entender mejor lo dicho bueno es leer Exodo cap. 12, donde se establece el primer mes del año y, comenzando en el dia 14, la fiesta solemne llamada comúnmente “de los panes sin levadura”. Allí se lee: “el primer día (el día 14 de dicho mes) habrá santa convocación y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos…” ,(Ex.12: 16) es decir eran días de reposo no importando en qué día de semana caían. A estas fiestas solemnes se agregan las de las lunas nuevas, pero en este caso, si bien se ofrecían holocaustos y realizaban comidas especiales, no tengo claro si eran considerados como días de reposo.
Resumiendo, una cosa es clara, los judíos llevaban y aún llevan una rigurosa cuenta de los días de la semana fin de dar cumplimiento estricto al mandamiento de “guardar el día de reposo” y ese día coincide con nuestro actual sábado.
El domingo
Fui enseñado de que el día domingo habría comenzado a guardarse como día de culto a nuestro Dios, desde los mismos inicios del cristianismo. Las fiestas judías de la primavera, apuntaban a la primera venida de nuestro Señor Jesucristo. En especial el solemne recordatorio celebrado en el primer mes Abib (o Nissan) en la llamada fiesta de la pascua o de los panes sin levadura donde se sacrificaba un cordero de un año, sin defecto, por familia y se lo debían comer en la tarde (inicio del primer día de la fiesta (sábado ceremonial**), asado sobre brasas, con hierbas amargas, de prisa (ver el pasaje citado en Éxodo 12) en conmemoración de que Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto liberándolos del destructor (muerte de los primogénitos) y de la esclavitud de los egipcios. Esto, como se comprobaría siglos después con el sacrificio de Cristo en la cruz, (El cordero de Dios sin pecado, el sacrificio perfecto) era una profecía de como Dios libraría al hombre de la muerte eterna rescatándolo de la esclavitud del pecado. Pablo dice de las fiestas instituidas por Dios que eran sombras, -es decir, un tipo de profecía didáctica- de lo que había de venir. (Col. 2:16,17).
Ya el segundo día de la fiesta, el sacerdote debía ofrecer las primicias de los frutos de la tierra, en lo que se conoce como la ofrenda de la gavilla de cebada mecida, ya que este era el primer cereal a madurar. Cristo murió un viernes (***) y fue retirado de la cruz y sepultado a prisa en la tumba de José de Arimatea a petición de los judíos porque al ponerse el sol se iniciaba el día de reposo, y ese día en particular, como lo registra el apóstol Juan en su evangelio, era un día de reposo de gran solemnidad, es decir, era un sábado ceremonial (pascua o Pessach) que coincidió con un sábado(****) de séptimo día de semana. Por ello y en cumplimiento a lo profetizado por el propio Señor Jesús, y por las sombras de la fiesta de la pascua, resucitó al tercer día, esto es el primer día de la semana (es decir un domingo) coincidiendo con la ofrenda de los primeros frutos. Pablo lo expresa más claramente en 1ra de Cor 15:
20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Los discípulos parecen entender que tal acontecimiento debiera ser conmemorado, sobre todo si se le agrega que el Espíritu Santo fue derramado sobre ellos en el día de Pentecostés (otra fiesta judía que también era “sombra”, es decir profecía de la venida del Espíritu Santo que se cumplió plenamente. Siempre Pentecostés se celebraba 50 días después del último sábado ceremonial de la fiesta de la Pascua, por ello y ya que la Pascua cuando ocurrió el sacrificio de Cristo (aclaración: Cristo murió un viernes alrededor de las tres de la tarde, esto es el día anterior al comienzo de la pascua. Téngase presente que el día de acuerdo al cómputo del tiempo de Dios comienza al ponerse el sol) coincidió con un sábado de séptimo día de semana, dicho Pentecostés ocurrió un primer día de semana, esto es, un domingo. Por ello es frecuente encontrar en el nuevo testamento que los discípulos acostumbraban a estar reunidos el primer día de la semana. Ejemplos:
1.- Los Hechos 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2.- Juan 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
3.- Los Hechos 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.
4.- 1º de Corintios 16:2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
Algunos argumentan que también la expresión “día del Señor” -que aparece en Apocalipsis 1:10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”; sería un primer día de semana, ya que en el domingo fue el día en que resucitó Cristo el Señor . Esta argumentación no tiene sustentación sólida por cuanto dicha expresión puede referirse con mayor propiedad al día de reposo o sábado pues este día fue “santificado” por Dios. Santo significa apartado, separado exclusivamente para Dios. En la Biblia y particularmente en el Nuevo Testamento, ni el Señor Jesús ni ninguno de sus escritores dijeron o escribieron un nuevo mandamiento que revocase el día de reposo del séptimo día o sábado, mandando que se conmemore el primer día de semana o domingo. Es más Cristo cumplió a cabalidad la Ley.
Si ni Cristo, ni sus discípulos, ni los otros escritores del Nuevo Testamento no dieron ninguna instrucción para guardar el domingo como día de reposo, ¿de donde entonces surgió esta instrucción, que por lo dicho en el párrafo anterior, es contraria a las ordenanzas o mandamientos dados por Dios?
Antes de responder, bueno es analizar lo profetizado en el Cap.de Daniel 7:25 “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos y medio tiempo.” Sabemos cómo EL Altísimo Dios contabiliza los días. Ya desde la creación en los primeros versos del Génesis a las instrucciones dadas a Moisés, vemos que el inicio de los días para Dios es al ponerse el sol, es decir, que un día comienza al ponerse el sol y dura hasta la siguiente puesta de sol. Asimismo, los meses y los años se determinan y contabilizan de un modo totalmente distinto al actual sistema basado en la duración de la rotación de la tierra en torno al sol, y no por ello menos riguroso o exacto. Pareciera, dado lo acostumbrados que estamos a este último sistema (inicio de los días a la medianoche y comienzos de año en el solsticio (de invierno o verano según en hemisferio de referencia) que este último es mejor por cuanto estaría avalado por rigurosos datos y mediciones científicas.
Ahora bien, existe indicios de que en efecto algunos primeros cristianos acostumbraban a reunirse los domingos y otros en los días de reposo o sábados (véase: https://es.wikipedia.org/wiki/Domingo). Sin embargo, Debe destacarse que el calendario actual usado por muchos países está basado en el antiguo calendario romano fijado por Rómulo desde la fundación misma de Roma, el cual sufrió diversas modificaciones por Julio César, Augusto (a quienes de se deben los nombres de los meses de julio y agosto) y finalmente por el papa Gregorio XIII, por lo que es conocido también por calendario gregoriano. Pero lo que realmente tiene trascendencia en relación a la profecía de Daniel ya citada, es que en el año 363 D.C. las reuniones en el día sábado como séptimo día fueron prohibidas por el Canon 29 del Concilio de Laodicea, y que años antes en el 321 D.C. Constantino I el Grande estableció el domingo como el día de reposo civil obligatorio: “En el venerable día del Sol, que los magistrados y las gentes residentes en las ciudades descansen, y que todos los talleres estén cerrados. En el campo, sin embargo, que las personas ocupadas en la agricultura puedan libremente y legalmente continuar sus quehaceres, porque suele acontecer que otro día no sea apto para la plantación o de viñas o de semillas; no sea que por descuidar el momento propicio para tales operaciones la liberalidad del cielo se pierda. Dado el séptimo día de marzo, Crispo y Constantino siendo cónsules cada uno de ellos por segunda vez. Codex Justinianus, lib. 3, tit. 12, 3; Philip Schaff, History of the Christian Church, Vol. 3 (1902), p. 380, note. (en inglés) (ver cita en Wikipedia).
Agrava aún más la falta (transgresión a los mandatos de Dios, es decir violación de sus preceptos y por tanto, insubordinación a su autoridad, en otras palabras usurpando su autoridad o desconociéndola, haciéndose igual o superior a Él), en el siglo XVI, por un concilio papal se le agregó el siguiente apéndice: “Recuerden todos los cristianos que el séptimo día fue consagrado por Dios y aceptado y observado no sólo por los judíos, sino también por todos los que querían adorar a Dios; no obstante “nosotros los cristianos” hemos cambiado el sábado de ellos en el día del Señor, domingo.5” (La negrita en cursiva es mía para destacar que se refiere a esos pseudocristianos responsables por tal adición, también se debe incluir a los que promulgaron el edicto inicial, porque de seguidores de Cristo nada tienen a la luz de sus propias palabras “si me amais, guardad mis mandamientos” Juan 14:15). Reitero lo que ya dije más arriba respecto del Día del Señor: El único día que el Altísimo declaró santo (santificó, es decir apartó o separó exclusivamente para sí, por tanto es su día o Día del Señor) fué el séptimo día o sábado.-
La Salvación y la Ley
Los cristianos como resultado de nuestra fe en el Señor Jesús, pues la fe sin obras es muerta (Santiago 2:20), sin duda observamos gran parte de la Ley dada por Dios a Israel, su pueblo escogido. todos decimos amar a Dios por sobre todas las cosas -aunque, en muchos casos, a veces su conducta lo niegue-; honramos a nuestros padres; deseamos y algunos consiguen con éxito amar a nuestros prójimos; abominamos la idolatría y no tenemos dioses ajenos (pero algunos se curvan e imploran ante imágenes y elevan a una bendecida y piadosa mujer como “la madre de Dios y reina del cielo); honramos el nombre de Dios, aunque muchos usan a diario su nombre genérico para referirse a trivialidades como “por Dios, que pesado que eres” o “por amor de Dios déjate de jorobarme”; no matamos; intentamos no cometer adulterio; no robamos; nos abstenemos de levantar falsos testimonios; no miramos con codicia la prosperidad de nuestros prójimos ni sus bienes ni las personas de su casa o empresa; (Leer Éxodo 20:1-17) No sólo el decálogo sino también muchas otras leyes en relación a los extranjeros, al bestialismo, a la sodomía, etc. Pero curiosamente omitimos guardar el shabat o día de reposo separado o santificado como su día especial, el séptimo de la semana, e intentamos reemplazarlo por otro día según mandamientos de hombres que -en abierta oposición a Dios- intentan confundir al cristiano poco estudioso (yo fui uno de ellos aunque creía estar en lo correcto, al final de mis días me di el trabajo de investigar más a fondo). Mención aparte para aquellos aspectos de la Ley que eran sombras de las cosas que habían de venir, muchas de las cuales se cumplieron en la primera venida de nuestro Señor Jesucristo, respecto de las cuales no existe obligación de cumplirlas (Colosenses cap.2) como lunas nuevas, dias de fiesta, comidas, bebidas, días de reposo (ceremoniales) circuncisión, etc.-
El judaísmo nunca entendió que la salvación desde un comienzo de la historia humana fue “por gracia” y no por las obras de la ley. Ejemplo de e ello fueron Abel, Noé, Abraham, Jacob, etc. Como hay abundante literatura sobre ello, solo voy a citar las expresiones del propio Señor Jesús en Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
(léase también los versículos 45 al 47 del mismo capítulo)En este pasaje claramente el Señor se está refiriendo a las profecías contenidas en el antiguo testamento acerca de su venida, como a aquellos aspectos de la ley que eran sombras (profecías didácticas y repetitivas) de lo que estaba por venir o cumplirse, es decir las fiestas o santas convocaciones y/o sábados ceremoniales de las que ya hablamos como también de los sacrificios rituales establecidos (diarios o anuales) por la expiación del pecado.
Agrego lo enseñado por el apóstol Pablo en Gálatas 3:
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Pero cuidado, la salvación es por gracia -es decir un regalo inmerecido- por medio de la fe en Cristo, -el único sin pecado que fue condenado y ajusticiado injustamente para pagar nuestras culpas y librarnos del decreto que nos condenaba-; pero eso no significa tener libertad para contradecir y dejar de someterse al señorío de Dios. Ello queda más claro aún en los textos básicos abajo citados, particularmente en los capítulos 14 y 15 del evangelio de Juan. Así que, como obedecemos por fe en Cristo amando a nuestro Creador ofrecemos en olor grato para Él obrando al guardar sus mandamientos, no tenemos excusa para que esas obras de fe no incluyan la observancia del día de reposo. Intentar reemplazarlo basado en mandamientos humanos es rebelarse y desconocer su potestad.
Por último algunas consideraciones acerca de los mandamientos de Cristo.
Cuando Cristo dice guardad mis mandamientos, o bien, el que guarda mi palabra de Juan 8:51 o Juan 14 23. ¿a que se está refiriendo? ¿Son los mandamientos del Exodo 20 ordenanzas sólo del Dios Padre? ¿Quien conversaba personalmente con Abraham, o con Moisés si la Biblia dice que nadie ha visto a Dios? ¿Quien era el Ángel de Yahvé en quien está el nombre de Dios de Éxodo 23:20-23 cuya voz había que obedecer? Sin duda esta son algunas preguntas de entre las muchas que surgen para intentar responder sobre las enseñanzas del Señor Jesús sobre que si en verdad creemos en Él y le amamos ello se reflejará necesariamente en que guardaremos sus mandamientos o sus palabras. Una respuesta ampliamente conocida es que la Biblia es la palabra de Dios, pero esa respuesta no nos aclara mucho por cuanto hay ordenanzas que estando en la biblia no son para nuestros días o no son para todo el mundo (ej. cómo construir el santuario, las ordenanzas acerca del sacerdocio levítico, o la circuncisión). Una respuesta más certera es reconocer que Dios es uno y que se manifiesta en tres personas constituyendo el todo. Esto es algo difícil de entender aún para los creyentes, cuánto más para los incrédulos. Los primeros versículos del evangelio de Juan vienen en nuestra ayuda. En el principio era el Verbo (la Palabra), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Solo si creemos esto entenderemos también lo dicho por el propio Cristo, el Hijo de Dios cuando dijo: “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Jn 14:9, o bien “Yo y el Padre uno somos” Jn 10:30; léase también Juan 17:22. Ello nos lleva necesariamente a concluir que los mandamientos de Dios son también los mandamientos de Cristo. Lo cual se puede confirmar con lo dicho por El Señor Jesús en Jn.13:34 Un mandamiento nuevo os doy: “Que os améis unos a otros como yo os he amado…” Quien da un mandamiento nuevo es porque ya ha entregado antes otros. Con ello implícitamente estaba diciéndonos que los antiguos mandamientos también eran “sus mandamientos”.
También tengamos presente que estamos a las puertas del reino milenial del Señor Jesucristo y recordemos aquellos antiguos versículos que el Autor de Hebreos vuelve a citarlos en el cap. 3 desde el 8 en adelante. No provoquemos a nuestro Grande Dios ni endurezcamos nuestros corazones a fin de que no caiga sobre nosotros su ira y como resultado de ello nos deje fuera de su reposo por ser desobedientes Heb 4:6.
Que Dios pueda bendecir a los lectores de este artículo trayéndoles mas luz y discernimiento y Cristo pueda dar testimonio a nuestro favor diciendo “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.” (Juan 15:14). o bien como se aclara en Apocalipsis 14:12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
(*) Seis días.- Siempre he sostenido que llegará el día en que todos los contenidos bíblicos que aparecen como ridículos o contradictorios con lo que los científicos han descubierto, estarán en completa armonía. Es interesante que el lector se informe de un excelente comentario que está disponible en el siguiente enlace: https://l.facebook.com/l.php?u=https%3A%2F%2Fisraelnoticias.com%2Fjudaismo%2Fedad-del-universo-millones-o-dias&h=ATNBYIGTzML4sadlcj6XnRYDZ_Gxw9-WGxvIEWab9dwz9OjjIVh9E-ktDSRo-rgFk-rWRwGNr_dF_W6Ed-WCWKCHcKPIwb6OhkRtvrSzNhDQiZAvF6X8OVAUGxUGbLhj97Xj1epJG_0pIaisRDE1JOJn_8jUc72gY2QVsx13X1gsva5bLjyKjPHNKmjxiArZU4XqpVPAzjAqnlNIkKfczYja3aT31WFG2N9gyDz0qVTi8pFwyWTDSiVj5U9Z05xeKoCMNxWJNP9mZpFj2g
(**) Sábado ceremonial: un día festivo o de reposo instituido por Dios, fijado en una fecha determinada en el año observado por los israelitas. Un sábado ceremonial podía caer en cualquier día de la semana.
(***) Existe controversia sobre el día exacto en que Murió Jesús, la explicación dada mas arriba no parece ser la correcta por cuanto no cumple con la única señal dada por el propio Señor Jesús en cuanto a su muerte, esto es, la señal de Jonás, es decir que debería pasar tres días y tres noches en el sepulcro. Tal como se cuentan los días en la Biblia, esto es, comienzo del día al ponerse el sol y termino justo antes de que se ponga el sol al siguiente día, es imposible contar tres días y tres noches en la explicación comúnmente aceptada, la que, por lo mismo, debe estar errada.
(****) Sábado: viene del hebreo Shabat que significa reposo.-
Textos básicos:
1ra. a los Tesalonisenses 5:
19 No apaguéis al Espíritu.
20 No menospreciéis las profecías.
21 Examin*adlo todo; retened lo bueno.
Juan 13
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Cap. 14
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Cap. 15
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.